Lilly McDragon solo deseaba algo, ser veterinaria. Pero al ser hija del rey de Vera había cosas que simplemente no podían ser. Era una joven de sangre noble, hermosa y elegante.
Más su espíritu era como el de un caballo, indomable y salvaje.
En uno de sus paseos por el bosque se encuentra con un muchacho desconocido. Aunque sus facciones no tenían nada de especial, le generaban curiosidad y fascinación, algo totalmente nuevo para ella. Deseaba saber más de él, pero algo le ocultaba.
Jeff Schreiber había escuchado de la belleza sin igual de la princesa Lilly, pero nunca la había visto. Hasta esa tarde en la que literalmente se vio de cabeza por la muchacha que le había dado un susto de muerte.
Al verla, su deseo de conocerla era casi incontrolable, pero ella no podía saber quién era él, que no tenía sangre azul en sus venas. No podía saber que estaba ocupando un puesto que no le pertenecía a él, casi como vivir una vida que no era la suya. ¿Lo querría ella si supiera la verdad?
Los hermanos McDragon son de naturaleza apasionada e inquebrantable. ¿Pero era el amor lo suficientemente fuerte para superar el engaño? ¿O es que en realidad no hay tal engaño?